martes, 27 de abril de 2010

Oración conciente

¡Oh mi Señor y mi Dios!...
Resuelve todas mis dificultades...
Rasca la mugre del espejo de mi corazón...
Ten piedad de mi y...
sé misericordioso con tu generosidad.
¡Muéstrame Señor... las cosas como son!
Seis renglones para una oración tan poderosa... seis palabras para su último renglón. "Muéstrame Señor las cosas como son"... ¡pavada de pedido!.. ¿no les parece?. Pero en realidad en esas seis palabras se resuelven todos los misterios de la existencia humana.
Si tan sólo fuésemos capaces de ver las cosas como son... ¿cuántos sufrimientos nos ahorraríamos? ¿cuántos de nuestros juicios de valor cambiarían? ¿cuánto más fácil sería la experiencia humana?
Pasamos muchas penurias por la dificultad que el aprendizaje del amor supone y en realidad la verdadera dificultad reside en nuestra falta de visión. Estamos habituados a ver... "las cosas como están" y no "como son", que es la verdadera visión.
"Las cosas como están" las vemos desde nuestras creencias, preconceptos y limitaciones, en cambio "las cosas como son"... son de ese modo para nuestra evolución conciente.
"Como están" remite a las circunstancias, en cambio "como son" refiere a la esencia de cada ser.
Verdaderamente creo que en nuestra capacidad de pedir con fe... "Muestrame Señor las cosas como son"... radica la posibilidad de conectar con nuestra humildad, como virtud divina... y dejar fluir la humildad nos pone a buscar... la visión trascendente de todas las cosas.
Simplemente agregaría a esta oración... No importa cuánto reniegue, llore o no acepte... ¡Muestrame siempre Señor, las cosas como son!.
En vez de seis palabras... siete... qué justo ¿no?... siete... el número de Dios.

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