lunes, 29 de marzo de 2010

Semana Santa

Semana Santa... una semana históricamente fuerte para el cristianismo. Una semana que pone ante los ojos, de quién lo quiera ver, toda la trama de sentimientos y emociones que habitan en el corazón humano.
Si nos permitimos la lectura del Evangelio de la Pasión y Muerte de Jesús veremos que nada... nada de lo que el corazón humano sea capaz de sentir... ha quedado fuera. Allí se mezclan los sentimientos más sublimes con los más despreciables, vemos que somos tan capaces de danzar y bailar de amor y de júbilo, como de negar al amado por conveniencias mezquinamente personales.
Los distintos protagonistas de la Pasíon y la Muerte de Nuestro Señor Jesucristo no revelan otra cosa que las diferentes caras de nuestra humanidad. La alegría, el amor, el miedo, el gozo, la obsecuencia, la reverencia, el dolor, la aceptación, la conveniencia, la compasión, la cobardía, la ignorancia, la envidia, el sometimiento, la sumisión, el poder, la misericordia y más... todo lo que es capaz de sentir el corazón humano, de bueno y de malo, surge de esa lectura y muchas veces como sentimientos encontrados. La negación de Pedro, el discípulo más amado por Jesús, se contrapone a la conversión del centurión, en el momento en que el cielo y la tierra se estremecen por Su muerte. El que más lo amó y quién lo torturó se hacen uno, porque en realidad no existimos separados, todos somos Uno y Jesús tan sólo vino a mostrarnos el Camino.
No importa con cuál o cuáles de los protagonistas de esta historia nos hayamos identificado a lo largo de nuestros días hasta hoy, ciertamente creo que lo verdaderamente importante es que en algún momento lleguemos a ser el "centurión al pie de la Cruz", es decir, que logremos vivir la conversión que nos permita ver en la cruz personal, (nuestro encuadre espacio-tiempo) la resurrección que sólo es posible a la Luz del "Ahora", una conversión que nos permita conectar con el ser sagraddo que todos llevamos dentro... esa Chispa Divina que nos permite co-crear el mundo que alguna vez nos atrevimos a soñar!
Permitite transitar esta Semana Santa guiado por la Luz del Espíritu Santo, no te mientas... no te engañes ni permitas que te engañen... permitite ser Pilatos, no resuelvas donde no te correponda resolver... viví tu Pedro, sentite amado y elegido... viví tu Judas, renunciá al amor, creé en el dinero si es tu elección... sé la Magdalena, renová tu vida con el más puro amor... convertite en la Verónica enjuagando las lágrimas del rostro de alguien caído... sé el Sireneo, compartí el dolor y ayudale a llevar su cruz a algún hermano, a un amigo o a un desconocido... practicá la piedad como José de Arimatea... o simplemente pedí misericordia como el ladrón crucificado junto a Jesús.
Todos somos... Uno... de Él venimos y hacia Él retornamos.

2 comentarios:

  1. Excelente comentario, como se ajusta a la verdadera escencia de todos y cada uno de nosotros...
    Gracias.

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  2. Ah.........
    yo tengo que ser,
    ademas de otros,
    Pilatos,
    no resuelvo donde no debo.
    Gracias por sacudirme la rama.

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