lunes, 22 de marzo de 2010

Estrechez...


Estrechez de miras, de pensamientos, de sentimientos, estrechez... de conciencia.

¡Cuánto dolor nos causa la estrechez!, porque en definitiva todo refiere a lo mismo, a la estrechez de conciencia. En la vida muchas cosas, situaciones, experiencias, personas, nos duelen, pero pocas veces lo asociamos con la estrechez. Se me ocurre mientras ensayo esta reflexión que si llegamos a ver cada ocasión de estrechez como un parto, entonces... y sólo entonces, podríamos superar con mayor rapidez la experiencia dolorosa.

Pensar en la estrechez me remite al útero materno. Cierto día, el lugar que tan cálidamente habitabamos se nos volvio chico, limiante, estrecho. Ese día necesitamos más espacio para movernos, para fluir con la vida y desde nuestra pequeñez tan extrema tomamos la firme decision de abandonar el lugar de confort, de resguardo, un lugar que si bien, nos mantenía abrigados y nutridos, comenzaba a amenazar con asfixiarnos. Ese día, a pesar de nuestra pequeñez resolvimos movernos desde la estrechez, pujamos, utilizamos una fuerza y un instinto que ignorabamos que teníamos, y comenzamos a abrirnos paso a través de la estrechez de nuestra madre, pujando una y otra vez, en un esfuerzo que nos resulto extremo, agotador, un esfuerzo que nos pidió descansar para tomar un nuevo impulso, para luego insistir hasta que el camino se fue abriendo. Así logramos comenzar a fluir, ¿hacia dónde?... ¡hacia la Vida!.

Toda vez que el camino se angosta se presenta la estrechez y eso nos angustia, nos da miedo, nos conecta con una sensación limitante que no nos permite sentir la vida, la situación esta allí para ser nuestra maestra y si una vez pudimos para marcar el incio de nuestra vida, si una vez elegimos vivir en vez de quedarnos y morir, toda vez que la situación se repita estará marcando un nuevo despertar, la necesidad de ampliar la conciencia, salir de la estrechez no es otra cosa que ampliar la conciencia y elegir la Vida desde un rol protagónico, creativo y amoroso.

Para vencer la estrechez de conciencia, se me ocurre que debemos aprender a parir la Vida, dolor a dolor, alegría a alegría, situación a situación, día a día.

1 comentario:

  1. Querida Griselda, hace días que vengo acordándome de ti, pero no te había visitado. Me alegra que hayas publicado tantas cosas para leer.

    Ahora tengo mucho sueño, pues es de madrugada y entré un momento a ver. Voy a volver a para leerme cada una de tus entradas, vale?

    Te mando un abrazo desde el alma, Griselda, Dios te bendiga siempre.

    Tu amiga,

    Andri

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