jueves, 3 de febrero de 2011

La vida no es sólo una novela...

He escrito un libro... La vida una novela, ya lo comenté en este espacio, y cuando lo escribí pensaba que esa era mi total y definitiva visión de la vida... ¡qué equivocada estaba!... yo... no la visión. La visión era perfecta, cuando yo era perfecta para esa visión.
No estoy delirando, ¡no!. A lo que me refiero es que la vida no es algo estático, algo que se hace una vez y ya está hecho, de manera que muy equivodada estaba yo al creer que esa concepción de la vida era... definitiva.
Por aquel entonces, pensaba yo que podía construir mi vida en base a mis valores, sentimientos y pensamientos y de esta forma todo estaría bajo control, siempre fui optimista y positiva... ¿cuál sería el inconveniente?
En un punto lo sigo pensando y creyendo, pero, en la medida que fueron pasando los años, desde aquel libro al día de hoy, advertí que esa contrucción no depende sólo de mí... como ser conciente, ¡no, no! hay otra "yo", que no conozco en realidad, que apenas la estoy descubriendo y comenzando a aceptar, otra yo que está viva y activa y que por ende tiene un papel importante en esta construcción... ¡Sí! Mi mente inconciente, la que rige mi luna, la salvaje... la que habita en mi sombra y sueña con ver la luz de este mundo. La que me está enseñando que la vida no es para tenerla "bajo control" sino para sentirla, aunque no nos guste, aunque nos duela, pero sentirla.
A fuerza de estar viva, estos últimos 10 años aprendí que la vida es lo que hacemos segundo a segundo, mientras dormimos, comemos, soñamos, pensamos, lloramos, gritamos, trabjamos, manejamos, insultamos, disfrutamos, amamos, creemos, creamos, nos enojamos, nos enamoramos, nos divorciamos, etc.
Ahora entiendo que esa construcción tiene dos faces, una conciente, la que ha sido para mí objeto de diseño, por decirlo de alguna manera graciosa, ya que su campo es muy vasto, y otra face que es la inconciente que se hace de todo aquello que pienso... siento... y callo.
Poco a poco estoy viviendo pequeños despartares que me van llevando al punto de convergencia de estas dos "yo". Aunque sé que reunir las partes de uno mismo después de una experiencia dolorosa no es fácil, también ahora sé que es el camino necesario para poder manifestar la Luz de mi Alma, pues sólo de la unión de mi luz y mi sombra surgirá el camino despejado para que mi Esencia Divina deje su sello en esta existencia y es esta tarea personal lo que está dando... hoy... sentido a mi existencia.
Hasta hace 10 años atrás soñaba con ser una construcción sólida, iluminada, confortable... un castillo... como los de los cuentos orientales de mi infancia y adolescencia...
Hoy sueño ser un faro, ¡sí, un faro!, una construcción mucho más pequeña, austera, pero con un sentido vital muy claro, de día podrá pasar desapercibido o no, tal vez algún turista curioso quira conocerlo íntimamente, pero... al llegar la noche cada embarcación que se hace a la mar reafirma su existencia.
Podrá parecer un sueño pretencioso, no voy a negarlo, pero creo que tiene que ver con la misión que nos trajo, a cada uno, a esta existencia, pues si somos esencialmente Luz, que seguirá siempre su camino... y al morir dejamos acá este traje llamado cuerpo... ¿es muy errado pensar que todos vinos a aprender a ser faros de carne y hueso?

No hay comentarios:

Publicar un comentario